En verdad que la invitación es sumamente atractiva y por momentos uno como espectador tiene la tentación de llevarse por el desborde de acción y de efectos especiales alejándose de la lógica y del sentido común. Pero por allí, uno reacciona y se cuestiona si lo que está viendo no es un producto extremadamente exagerado, de dimensiones exorbitantes, lleno de licencias narrativas y de fanfarronería ilimitada. Y la conclusión es que lo es. En mi caso particular, pienso que es una alternativa pasable y pasatista, sin dudas que la más grandilocuente de la saga y que me deja bien claro que esta vez, la aventura toma dimensiones muy pretensiosas hasta el punto de que John McClane es héroe nacional. La trama se extralimita, se llena de alternativas excedidas que buscan en todo momento el impacto visual y el lucimiento de toda la parafernalia de efectos que demuestran que en este producto se puso mucho dinero y pocas ideas. Bruce Willis demuestra que está intacto para su típico papel de duro a pesar de haber pasado 19 años de "Die hard", pasa la prueba en forma impecable y demuestra que es un grande en carisma y despliegue físico aún a los 52 años. Aunque lamentablemente desde el guión se olviden de su personaje como hombre ordinario y se le de un volumen estilo superhéroe que no termina de encajar dentro del espíritu al que nos tenía acostumbrado McClane en las anteriores entregas. Timothy Olyphant no me convence como villano, le falta ímpetu y persuasión para ser la contrapartida del señor Willis. Aunque sólo sea un pirata informático, no me llegó a satisfacer su desempeño. Me quedo con la limitadísima Maggie Q y sus coreografías, aún así transmiten algo de entusiasmo. Justin Long, insulso y endeble relleno que no aporta mucho con su personaje. Ni siquiera una cuota de humor que hubiera sido de agradecer para mantener el alma de la saga. En fin, secuencias de acción que impresionan aún en una época donde los efectos especiales son moneda corriente. Pero éstos de Die hard 4.0 son antológicos sin dudas, al igual que las fantasmadas tan bravuconas que se concatenan para dar vida al argumento de esta cuarta entrega más cercana a la ficción que a la acción propiamente dicha.